Gibson L-48 (1947)

Gibson L-48

Esta guitarra archtop perteneció a un músico irlandés y llegó a mi gracias a su hija, que es su actual propietaria. La guitarra en cuestión estaba en muy mal estado, tenía múltiples fisuras y grietas, clavijero destrozado, trastes completamente desgastados, etc.  La restauración de un instrumento como este, me gusta abordarla teniendo en cuenta estos aspectos: que hay que reparar las distintas partes con la máxima perfección, que hay que conservar la esencia del instrumento (sin modificar ningún elemento original dentro de lo posible) y por último, que hay que hacerlo totalmente funcional, es decir, que pueda ser tocado cómodamente y que acústicamente pueda rendir al máximo. El resultado en una restauración de este tipo es increible, ya que estamos trabajando sobre un instrumento muy bueno, con buenas maderas y con muchos años de solera, característica que siempre aporta un carácter especial a la sonoridad y al tacto de una guitarra. Por último decir, que las guitarras archtop son una pieza muy importante dentro de la historia de la guitarra y fueron muy utilizadas en big bands debido a su gran potencia de sonido, que las hacia destacar entre el resto de instrumentos de la orquesta.

 

Gibson L-48
La enorme grieta en la culata de la Gibson, seguramente se debió, a una incorrecta colocación posterior del pin de sujección de la correa.
Gibson L-48
Proceso de encolado de la rotura.
Gibson L-48
Detalle del desgaste de los trastes y del diapasón.
Gibson L-48
Trastes extraidos y proceso de consolidacion y restauración del diapasón.
Gibson L-48
Detalle del desgaste en el diapasón y proceso de rectificado.
Gibson L-48
Limpiando las ranuras de los trastes.
Gibson L-48
Trastes instalados y proceso de nivelado.
Gibson L-48
La grieta de la culata no era la única que presentaba la guitarra. En la foto se puede ver la reparación de uno de los aros.
Gibson L-48
Este es el aspecto que presentaba la laca nitrocelulósica y a continuación mostraré el proceso de restauración de la misma.
Gibson L-48
Lo primero es limpiar toda la suciedad acumulada durante años con productos especiales que no dañan la laca. Este tipo de productos los suelo elaborar yo mismo y han sido utilizados durante muchos años en la restauración de instrumentos.
Gibson L-48
Después de la limpieza, aplico una serie de pulimentos y cremas para consolidar al barniz y devolverle el brillo. Estos materiales también son de elaboración propia y respetan el craquelado que se forma en las lacas nitro.
Gibson L-48
Detalle del craquelado que se produce en las lacas nitro con el paso de los años. En la foto ya se encuentra restaurado y consolidado.
Gibson L-48
El golpeador de celuloide tipo carey, también ha recibido su sesión de limpieza y pulido. Al fondo se puede ver la guitarra con la laca restaurada.
Gibson L-48
Después de encolar la grieta de la culata, torneé un pin sujetacorrea de ébano, de esta manera, he cubierto el agujero que había y la zona se refuerza. Además queda muy elegante y parecido al original.
Gibson L-48
Limpieza y nutrido del puente.
Gibson L-48
Las palomillas de los clavijeros habían desaparecido, ya que el paso del tiempo suele desprenderlas.
Gibson L-48
Proceso de colocación de las nuevas palomillas. Se realiza aplicando calor y fijando con cola.
Gibson L-48
Este es el aspecto de los trastes nuevos y del diapasón completamente restaurado.
Gibson L-48
Vista delantenta una vez restaurada y ajustada.
Gibson L-48
Vista trasera una vez restaurada y ajustada.
Gibson L-48
Detalle de la tapa de caoba.